Don't look up!, por Miguel Ángel Fortuna

Miguel Ángel Fortuna trabaja como ecólogo evolutivo en la Estación Biológica de Doñana, en Sevilla. Si no fuese científico sería escritor. Le encanta el cine. Aunque esa admiración queda ampliamente superada por su amor por los libros. Sobre todo las obras de los antiguos griegos y la literatura de la segunda mitad del siglo XIX.

Del séptimo arte, le apasiona Ingmar Bergman y Lars Von Trier. Y se queda embelesado cada vez que escucha hablar de cine a José Luis Garci.




Don't look up¡,by Adam McKay (2021)


Dos científicos descubren un cometa en su trayectoria de colisión con la Tierra y se embarcan en una frenética carrera contrarreloj para advertir al mundo sobre la inminente catástrofe. Sin embargo su descubrimiento se convierte en un circo mediático y político, mientras la humanidad lucha por aceptar la realidad y tomar medidas antes de que sea demasiado tarde. Una sátira cómica y aterradora que pone en evidencia la ignorancia colectiva y el desafío de enfrentar la verdad cuando nadie quiere quitarse la venda de los ojos.



Platón retrató los peligros de la ignorancia humana hace 2400 años en  su alegoría de la caverna, en la que los prisioneros confundían las apariencias con la realidad porque solo podían ver sombras en la oscuridad. Negarse a aceptar la realidad que les contaba el prisionero que había conseguido escapar y desvelar el origen de las sombras gracias a la luz exterior, ha sido, es, y será, el summum de la irresponsabilidad humana. Porque somos libres de vivir en la ignorancia, pero cuando negar la realidad pone en riesgo la vida de la humanidad, la ignorancia desemboca en irresponsabilidad.

Los científicos, al igual que los protagonistas de esta película se empeñan una y otra vez en mostrarle al mundo lo que va a suceder. Y como ellos, se quedan atónitos cuando se les ignora e incluso se les ningunea. "Solo tenéis que levantar la vista y mirar al cielo para ver el cometa que viene hacia nosotros¡" grita desesperado el personaje de Leonardo DiCaprio. Porque no puede entender cómo una sociedad que se nutre de los avances tecnológicos le dé la espalda a aquellos que en última instancia son los responsables de la existencia de esa tecnología que todos tenemos en las manos. Si lo que dices me incomoda, dificulta mi vida y me causa angustia, es una "fake news". "No miréis arriba¡" es el lema que adopta el movimiento negacionista de la película.

Todos tenemos derecho a dar nuestra opinión, a negarlo todo si viene al caso. Por supuesto, faltaría mas. Pero no todas las opiniones son respetables. Y lo que dicen los científicos no son opiniones, son lo más próximo a la verdad dada la información con la que cuentan hoy en día. Porque la ciencia avanza desechando argumentos que se demuestran falsos a la luz de los hechos y las evidencias. Y de este modo se va acotando el terreno de lo posible, nos vamos acercando a la verdad.



¿De verdad existe un cambio climático inducido y acelerado por la acción humana? No hace falta "mirar arriba" porque podemos percibirlo a nuestro alrededor. ¿Y qué esperábamos? ¿Acaso no hemos ignorado las advertencias de los científicos durante los últimos 60 años? ¿Soluciones? Mitigar hoy el cambio climático beneficiará a nuestros nietos. Para nosotros, sin embargo, ya es demasiado tarde. Nuestra única opción es adaptarnos al cambio. Pero incluso de esto último tengo mis dudas a la vista de los últimos acontecimientos. ¿Si se saca más agua de un acuífero de la que entra, acaso no terminará secándose?  No hay que ser científico para saberlo.

Olvidé decir que, además de mitigar el cambio y adaptarse a él, hay una tercera vía de actuación: resignarse e irse a pasar los últimos momentos con la familia, como hacen los protagonistas de esta excelente película.




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