El cine de Hitchcock por Antonio Morales.

Antonio Morales Sánchez es un autodidacta y emprendedor. Le encanta el humor inteligente y es un amante de la cultura en general. Le gusta escribir sobre lo que le apasiona, intentando compartir esas inquietudes culturales con los demás. Ama el cine, la música y la pintura. Y por supuesto, la literatura, aunque lee menos de lo que le gustaría.

Procura viajar siempre que puede pero, sobre todo intenta aprovechar el tiempo en menesteres gratificantes y enriquecedores.











La obra de Alfred Hitchcock (1899-1980) constituye por su envergadura artística incluyendo sus novedades estéticas y por las influencias que ha generado, un capítulo primordial en la Historia del Cine. Sus películas han quedado para la posteridad como algo más de la mera demostración de una sabiduría técnica, aportando ideas inagotables y acaparando multitud de conceptos que sólo los creadores han sabido incorporar a su obras.

Este artículo no pretende ser una biografía fiel del director de Psicosis, tan solo es una aproximación al maestro desde mi opinión personal, según nos ha mostrado en sus películas, porque aunque ha sido entrevistado y estudiado en profundidad, lo importante es lo que nos sugiere su obra a cada uno de nosotros. Paradójicamente nunca ganó el Oscar al mejor director, solo le otorgaron el honorífico cuando estaba muy mayor. Seguramente la Academia no le perdonó que afirmara en alguna ocasión: "El cine es una sala con butacas que hay que llenar de espectadores". La humildad de sus palabras fueron quizás entendidas como un desprecio al 7º arte, cuando lo que pretendía era no ser presuntuoso y pedante.






El director que narró a través de su dilatada obra historias desasosegantes, tratados sobre la culpabilidad y el miedo, aventuras inauditas de gente corriente, perturbaciones psicológicas irremediables, amores carnales apasionados, erotismo soterrado pero palpable con mujeres casi siempre rubias, perversiones varias, acrofobias y necrofilias, patologías mentales, voyeurismos enfermizos y experimentos macabros. Aunque paradójicamente, Hitchcock aspiró toda su vida a la confortabilidad burguesa y a la vida apacible.

Un cineasta al que el MOMA (Museo de arte moderno de N. York) le dedicó una retrospectiva sobre su obra, con motivo de su aniversario (100 años) de su nacimiento y años más tarde sería el Centro Pompidou de París el que le dedicó otro estudio a fondo sobre su universo e influencias en el arte moderno en 2001. Quizás hallaron a un cineasta complejo que diseccionaba el alma humana a través de sus rocambolescas tramas, prodigiosos travellings, originales encuadres e ingeniosa puesta en escena, buscando respuestas a la mirada del espectador, recreando sus fobias y sus filias bajo cualquier pretexto o "McGuffin", como él solía llamarlo. Sin duda uno de los mejores creadores de imágenes del siglo XX.




Aunque se le etiquetó como un hábil prestidigitador, bajo el tópico de "El mago del suspense", no sería hasta finales de los años 50, cuando un puñado de críticos de cine de la revista "Cahiers du Cinema" lo reivindicaron como un gran autor y maestro del cine. Eric Rhomer, Jean Luc Godard, Claude Chabrol y François Truffaut gracias a su libro entrevista lo auparon al Olimpo. Fueron años de su etapa más creativa y fértil, realizando sus mejores films (La ventana indiscreta, Vértigo, Con la muerte en los talones y Los pájaros) e incluso una serie de TV de 30 minutos habitualmente que él solía presentar con su humor flemático y socarrón al son de una melodía jocosa habitual: "La marcha fúnebre para una marioneta" de Charles Gounod, mientras aparecía la silueta de perfil del director de Rebeca.




Comenzó como ayudante de dirección y rotulista entre otras tareas en los años del cine mudo, era por eso que sabía narrar con imágenes y no necesitaba excesivos diálogos para crear su cine personal e intransferible. Estuvo muy influenciado en sus principios por el expresionismo alemán. Pero a través de su etapa inglesa comenzó a definir sus rasgos artísticos personales ("Inocencia y juventud", "Los 39 escalones" y "Alarma en el expreso", me parecen definitorios) que pulió y proyectó en su gloriosa etapa americana en que la mayoría de films son magistrales.






Sus constantes más genuinas eran, la falsedad de las apariencias, la persecución del falso culpable, la poca simpatía por las fuerzas del orden (desde pequeño sentía terror por la policía), la inverosimilitud de las situaciones y el humor más ingenioso y desengrasante de lo que llamaron el suspense según Hitchcock: que consistía en dar la información al espectador pero ocultándosela al protagonista de la trama con lo cual, se crea ese efecto de conocer lo que sucederá y que nos hará empatizar con el inocente, manteniendo al espectador en continua tensión.

Cuando comenzaba un rodaje, él ya tenía todo en su cabeza, hizo una serie de obras personales que eran muy identificables y genuinas. ¿Por qué todas estas alabanzas, repetidas desde hace tantos años en libros y revistas, en críticas y ensayos? ¿Por qué sus mejores películas han suscitado el interés de gentes tan aparentemente alejadas del cine como filósofos o pintores? Sencillamente porque en su cine se está hablando de algo muy profundo, de algo que permanece en el subconsciente de cada uno y cuando aflora en obra de arte es reconocido de una forma instintiva.





Las rubias del maestro: Madeleine Carroll, Joan Fontaine, Ingrid Bergman, Grace Kelly, Kim Novak, Tippi Hedren. Las mujeres rubias siempre fueron su debilidad porque pensaba que tras la frialdad aparente que mostraban físicamente, escondían un volcán en erupción. Otro de sus lemas aludía a la definición del villano según Hitchcock: "Cuanto más lograda sea la figura del malo, más lograda estará la película".

La música de Bernard Herrmann tuvo un gran protagonismo en el cine de Hitchcock. Escribió las partituras de siete películas, desde "Pero... ¿quién mató a Harry?" (1955), hasta "Marnie, la ladrona" (1964), un período que incluyó, "El hombre que sabía demasiado", "Vértigo", "Con la muerte en los talones" y "Psicosis". También fue acreditado como consultor de sonido en "Los pájaros" (1963), ya que no había música real en la película como tal, sino solo sonidos hechos electrónicamente de pájaros. El asesinato de la ducha en Psicosis, Herrmann la compuso con sonidos de violín que imitaban a las puñadas que el psicópata Norman Bates (Anthony Perkins) asestaba a Marion Crane (Janet Leigh).





Su partitura para Vértigo (1958) se considera igualmente magistral. En muchas de las escenas clave, Hitchcock dejó que la partitura de Herrmann tomara el centro del escenario, una partitura cuyas melodías, haciéndose eco del "Liebestod" de Tristán e Isolda de Richard Wagner, transmiten dramáticamente el amor obsesivo del personaje principal por la imagen de una mujer que de hecho nunca existió. La relación de Herrmann con Hitchcock terminó abruptamente cuando no se pusieron de acuerdo sobre la partitura para la "Cortina rasgada", presuntamente presionado por los ejecutivos de Universal.

Las apariciones o cameos del maestro: No sería hasta "La muchacha de Londres" (Blackmail, 1930), cuando Hitchcock aparece un momento en el film, siendo en adelante habitual en el resto de su filmografía. Según palabras del propio director: "Al principio se trataba de una cuestión simplemente utilitaria, había que "amueblar la pantalla". Después se convirtió en una superstición, y más tarde en un gag. Pero siempre solía aparecer en el primer tercio del film, para no distraer la atención del espectador. Hubo una película donde aparecía al principio para presentarla y advertirnos que lo que veríamos era una historia real, "Falso culpable" (The Wrong Man. 1956). Más allá de ser "El mago del suspense", fue un gran creador de formas narrativas, cuya relevancia sigue creciendo con el paso del tiempo. 












Comentarios

  1. Un artículo fantástico de este gran cineasta que fue el maestro Alfred, de él se pueden sacar varias lecturas y creo que una de ellas era la humildad y el sentido del humor que llevarían cabo a lo largo de su larga y dilatada carrera, de todas sus películas se podrían hacer grandes debates y eso ya da una idea de lo grande y excelente que era este hombre y de todas las joyas del séptimo arte que tuvimos la suerte de poder disfrutar.Saludos

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  2. Interesante y más que elaborado artículo sobre la figura pública de este gran director, en el que no faltan referencias a sus tan características películas. ¿Quién no ha visto una película del mago del suspense? Genio del 7º Arte.

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