Mystic River por Antonio Morales

Antonio Morales Sánchez es un autodidacta y emprendedor. Le encanta el humor inteligente y es un amante de la cultura en general. Le gusta escribir sobre lo que le apasiona, intentando compartir esas inquietudes culturales con los demás. Ama el cine, la música y la pintura. Y por supuesto, la literatura, aunque lee menos de lo que le gustaría.

Procura viajar siempre que puede pero, sobre todo, intenta aprovechar el tiempo en menesteres gratificantes y enriquecedores.






Mystic River de Clint Eastwood. La violencia como gangrena.


Cuando un hombre se toma la justicia por su mano, comete un fatídico error. Es un acto que suele acarrear consecuencias irremediables y fatídicas. Y es que lo más lógico es que esté equivocado, aunque existan indicios aparentes, al no analizar los hechos con cautela y dejando actuar a la justicia, sino más bien llevado por la ira, que sustituye a la racionalidad y a la presunción de inocencia que toda persona merece. El sentirse legitimado para hacer justicia por sí mismo, no producirá la paz interior buscada, puede suponer incluso, una culpabilidad moral que te puede amargar el resto de tu existencia. Sumido en la angustia irrefrenable de haber atentado desde el odio y el rencor. La venganza personal, jamás repara el agravio sufrido, porque nunca hace feliz al que la ejerce. En cambio la justicia repara el daño moral y social, y aunque jamás pueda cicatrizar la herida, sí que alivia el dolor del agravio.


Clint Eastwood realiza un brillante trabajo tras la cámara en esta película.

Clint Eastwood, el último de los cineastas clásicos, al menos en mi opinión, abandonó su trabajo de actor, en esta ocasión, para dedicarse íntegramente a la dirección de esta obra maestra, sombría y pesimista -sin duda la más dura radiografía que Eastwood haya filmado nunca de los demonios interiores que azotan a su país-, se presenta con la apariencia formal y narrativa de un thriller de investigación sobre un asesinato, pero sus imágenes rezuman un poso mucho más siniestro y complejo. Basado en la novela homónima de Dennis Lehane, parte de un suceso violento perpetrado en un barrio conflictivo de Boston por unos pedófilos cuyo eco se expande, posteriormente, por todas las arterias del relato y llega a contaminar, de manera decisiva los comportamientos de tres personajes centrales: Dave (Tim Robbins, creando un personaje memorable), un atribulado padre de familia que arrastra en silencio el recuerdo traumático de aquella lejana agresión sexual de la que fue víctima mientras jugaba en la calle. Jimmy (Sean Penn, en un papel magistral), ebrio de odio y rencor como padre de la joven asesinada, un antiguo delincuente convertido en padre de familia pero sediento de venganza. Y Sean, el tercero de los amigos de infancia (Kevin Bacon que está a la altura esperada), un policía abandonado por su esposa que investiga el caso de la hija de Jimmy, mientras sigue esperando que su compañera vuelva a casa.




En mi opinión, queda claro desde el principio que la dinámica narrativa de la investigación es lo que menos interesa al director de esta película oscura y fatalista, pues es la escusa perfecta para centrarse en su peculiar bajada a los infiernos de sus personajes. La violencia y la venganza como carcoma y como gangrena de una sociedad edificada sobre la violencia que engendra más violencia como eco persistente que no se agota en su propia expresión sino que permanece en forma de metástasis cancerosa ramificándose por todo el cuerpo social. El cineasta disecciona la trastienda oculta de cada uno de sus personajes, cargada de miradas furtivas, diálogos perversos sobre la herida incurable de un trauma que permanece interiorizada en los tres amigos desde aquel dramático suceso, pues no solo Dave entró en aquel coche, fue la pérdida definitiva e irremediable de la inocencia de todos ellos.



La metáfora sombría de fondo reproduce el estado anímico social que envuelve a la sociedad norteamericana desde el convulso 11 de septiembre de 2001, aquella masacre aberrante e injustificable en el World Trade Center, la necesidad de "proteger a los nuestros", la violencia contra la agresión criminal por encima o incluso al margen de la ley, a cualquier precio y por cualquier método. Esta negra visión de una sociedad enferma impregna un relato de fuerte musculatura dramática, gran capacidad de análisis filmado con pulso y determinación, una compleja puesta en escena con tomas lejanas aéreas y panorámicas de conjunto de la ciudad y del barrio como si el autor quisiera tomarse cierta distancia para narrar los hechos. Las esposas de Dave y Jimmy, así como el policía compañero de Sean en las tareas de investigación ofrecen el contrapunto sobre el que se proyectan las figuras de los tres protagonistas en diferentes sentidos de la criminalidad por la que se despeña la comunidad. "Mystic River" es una de las obras más importantes de Eastwood y del cine actual, su reflexión sobre el odio y la venganza es sobrecogedora y nos deja un poso de desesperanza sobre la condición humana, incapaz de analizar con sentido común y sin acaloramiento las injusticas y agravios lacerantes.

"Mystic River" es un espejo de la historia de los EEUU, construida y desarrollada mediante hechos violentos, comenzando por el asesinado de Lincoln, los magnicidios de John y Bobby Kennedy, Martin Luther King, tantos asesinatos brutales, escolares masacrados por dementes armados hasta los dientes, es el infierno de una violencia que permanece en esa sociedad donde las armas no están restringidas y cualquiera puede acceder a comprarlas sin apenas dificultad. Es la violencia intrínseca lo que nos transmite la película de Eastwood, un cineasta de ideas conservadoras al que no le tiembla el pulso para denunciar tanto despropósito. 



La puesta en escena de Clint Eastwood en esta película es realmente extraordinaria. Mystic river tiene una carga dramática y emocional que es muy difícil que deje a ningún espectador indiferente.



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Comentarios

  1. Auténtica obra maestra una película absolutamente desgarradora en todos los sentidos, de una carga dramática y tan real que el espectador que se adentre en el fondo de la misma quedará atrapado en el infierno que estos tres seres humanos viven cada uno en su forma y desde ángulos y formas diferentes.Durisima sórdida y terrible todo enmarcado en e horror del odio, la venganza y lo más devastador las consecuencias de todo ello o sea el error cometido.

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  2. Magnífica reseña Antonio una película así no se merecía menos, gracias por tu estupenda labor te felicito.

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  3. Gracias, sois muy amables.

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