Interesantísima película dirigida por Alberto Cavalcanti. Una historia de cine negro que destila frescura, a pesar del tiempo transcurrido desde su rodaje y salpicada, por momentos, con un envidiable suspense que nos recuerda al mejor Hitchcock.
Todos los elementos que la componen están manejados con brillantez: la dirección enérgica, transparente y fluida de Cavalcanti, la bella fotografía de Otto Heller, las magníficas interpretaciones de cuantos componen el reparto, la música de Marius-François Gaillard...
Pero si hay algo que me ha seducido de manera particular de Me hicieron un fugitivo, es su magnífico guion que está cargado de frases que hacen disfrutar al espectador. Unos diálogos que rebosan cinismo, chispa e ingenio. Las réplicas y contrarréplicas son verdaderamente sublimes. Y tiene detalles excelentes. Como por ejemplo que, el antro donde los hampones desarrollan sus actividades ilegales y encubiertas sea una funeraria con unas enormes letras que rezan R.I.P., presidiendo el edificio. Además recibe el nombre de Valhalla...
Os recomiendo su visión. Me ha parecido una excelente muestra de cine negro, con muchos de los tópicos del mismo, pero con un tratamiento distinto y original. Y me da la impresión de que no es muy conocida.
El hombre de Boston
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