Andrés Martín es agente de la propiedad inmobiliaria y asesor financiero. Lleva tres décadas haciendo radio, y durante dieciséis años ha sido crítico de cine de Onda Cero Cádiz. Además, ha colaborado en un sinfín de medios de comunicación en tareas cinematográficas. Es un auténtico especialista en el análisis de películas. En particular, en todo lo que se refiere a los entresijos que rodean la concepción de las mismas: los rodajes, las relaciones entre los actores, directores y miembros del equipo de producción, la concepción del guion, la postproducción... Además conoce un sinfín de anécdotas y curiosidades con las que hace las delicias de todos los que amamos el cine.
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"Encuentros en la tercera fase" nos mostró, por primera vez, el lado más entrañable y soñador de ese genio llamado Steven Spielberg. Bajo una impecable -y a ratos apabullante- puesta en escena, el director nos traslada a ese lugar donde el cine se fusiona con nuestros sueños e ilusiones, cuando dejamos salir a ese niño que llevamos dentro y permitimos que una historia de este tipo no solo la disfrutemos como un gran espectáculo sino como catalizador de nuestras más profundas emociones.
Comparto con vosotros la apasionante historia que se esconde detrás de un clásico de los 70 que ha conservado todas sus virtudes, por más que pasen los años...
Nuestra historia comienza a finales de 1973. Columbia Pictures acuerda con Spielberg la producción de un film de ciencia ficción cuando el cineasta acababa de terminar el rodaje de "Loca Evasión" y todavía poseía escaso peso en la industria. De inmediato, se pone en contacto con el guionista Paul Schrader, que no duda en aceptar el encargo. Sin embargo, el trabajo entregado por el siempre peculiar Schrader desconcierta a Spielberg, que decide buscar otros colaboradores que encaminen la historia por otros derroteros.
De manera inteligente aparca el proyecto, porque debe volcarse en una nueva película en la que tiene depositadas todas sus esperanzas de ascender en la industria, una tal "Tiburón"...
Y tras el monumental éxito de esta última, el estatus de Spielberg se dispara en Hollywood, por lo que decide retomar su viejo proyecto con Columbia, pero sabiendo que puede exigir un presupuesto mucho más amplio... Y es que Spielberg siempre quiso rodar esta película desde que asistió de niño junto a su familia a una espectacular lluvia de meteoritos, aunque siempre había pensado rodar un documental o un film de bajo presupuesto sobre el testimonio de diversas personas y sus experiencias con ovnis.
Con el pleno apoyo de la Columbia, había que encontrar a una estrella taquillera que complementara el nombre en el cartel del ya popular cineasta... Richard Dreyfuss siempre mostró interés por el papel principal desde que Spielberg le contara, durante el rodaje de "Tiburón", las ideas que tenía en su cabeza... pero el cineasta no le veía como la opción ideal.
Mientras, la productora contactaba con algunas de las grandes estrellas de la época... pero sin fortuna. A Pacino no le interesaba la historia, mientras que Jack Nicholson opinaba que los efectos visuales de un film no deberían dejar su interpretación en un segundo plano. Gene Hackman pasaba por una seria crisis matrimonial y no pensaba que marcharse de casa durante cuatro meses fuese la mejor solución, mientras que James Caan exigía un millón de dolares y un diez por ciento de los beneficios en taquilla. Spielberg, por su parte, contactó con Steve McQueen, pero el actor no se veía capaz de llorar en determinadas escenas del film y rechazó la propuesta. Ante esta situación, Spielberg atendió al interés de Dreyfuss aún siendo consciente de que el personaje tenía cuarenta y cinco años -el actor solo tenía veintiocho por aquel entonces-, comprobando que el intérprete había captado ese lado infantil que requería el personaje. Problema resuelto...
Uno de los grandes descubrimientos del film fue el de Cary Guffey -el niño protagonista- que, con solo cuatro años, completaba sus escenas con solo una toma. Pero Spielberg no fue el único que quedó maravillado con el pequeño actor porque Stanley Kubrick quiso contar con él para encarnar a Danny en "El Resplandor". Sin embargo, para su sorpresa, no pudo trabajar en la adaptación de la novela de King debido a que ya se había comprometido a rodar "El sheriff y el pequeño extraterrestre" junto a Bud Spencer...
Pero la sorpresa más agradable del rodaje tenía un nombre: François Truffaut. El que siempre había sido uno de los héroes cinematográficos de Spielberg, aceptó de inmediato intervenir en el film. Sin embargo, el francés advirtió a Steven que "yo no soy un actor, solo sé interpretarme a mí mismo". Pero exactamente eso era lo que quería el director americano...
De todos modos, el rodaje de esta película permitió que Truffaut conociera de primera mano los complejos y aburridos entresijos de una gran producción americana. El francés no soportaba las largas esperas y la excesiva duración del rodaje -aprovechó esos momentos para desarrollar el primer borrador de su película "El amante del amor"-, afirmando que con cada costoso detalle del rodaje el podría rodar una película entera... Sin embargo, quedó asombrado por las cualidades de Spielberg tras la cámara. De maestro a maestro...
No querría finalizar esta publicación sin aclarar dos de los aspectos mas enigmáticos que rodean a este film. El primero de ellos es el motivo por el cual Spielberg estrenó una nueva versión -algo que no se estilaba por aquella época- tres años después.
Pues el motivo no era otro que la lamentable situación económica de la Columbia, que obligó a Spielberg a a estrenar el film en diciembre de 1977 cuando, en un principio, debería haber llegado en el verano de 1978. Contar con seis meses menos obligó al director a trabajar bajo presión y a desechar varias de sus ideas. Tras el enorme éxito del film, la productora no puso ningún impedimento en entregar dos millones de dólares a Spielberg para que terminara la película como había pensado en principio, reparando -sobre todo- en los detalles del interior de la nave alienígena. Sin embargo, después de todo, Spielberg reconoció que su nueva versión era innecesaria...
Y el segundo aspecto a aclarar era el significado del título... Spielberg contó, en calidad de asesor, con la ayuda del prestigioso ufólogo J. Allen Hynek, que en 1972 había publicado un libro titulado "The UFO Experience: A Scientific Enquiry". En él detallaba la fases de contacto con extraterrestres...
Primera Fase: Avistamiento de uno o varis ovnis.
Segunda Fase: Observación de evidencias físicas.
Tercera Fase: Contacto con uno o varios extraterrestres...
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